Me quiero ir de aquí. De San Salvador a Buenos Aires hay (según la 'mejor respuesta' que saqué del primer enlace que aparece en Google al escribir 'Distancia entre San Salvador y Buenos Aires' en el buscador) 6,272.63 kilómetros, y esta es la distancia entre la miserable vida aquí y la miserable (pero más placentera y creativa) vida allá.
Me quiero ir porque no solo mi sombra me sigue y persigue. Cruzo el umbral de la puerta (sí, el 'marco de la puerta') y voy a ¿conquistar el mundo? (ni que fuera Cerebro). Salgo y camino hasta que se me acaba el agua (de chorro) embotellada o hasta que me canso de ir a ninguna parte. Entonces regreso y pienso en que quiero irme. El Salvador es un país desfigurado.
Miro la pantalla de la computadora y escribo 'Buenos Aires'. Los argentinos que conozco dirán: 'Viste cuando hay un marginal que quiere entrar acá y cree que lo vamos a bancar, así nos pasa con vos', pero no me importa y sigo pensando en Buenos Aires. Ya hice cálculos: Si vendo mi computadora y mi 'teatro en casa' (sí, cómo no) y mi cuarto-casa y mi lote, puedo comprar dos boletos (yo ya le dije a ella que solo de ida y ella dice que sí, que se va conmigo pero que cómo hablo de Buenos Aires y ni siquiera tengo trabajo estable), dos maletas (en las ventas del Centro) para cada uno y llenarlas de puras ilusiones.
Me convertiría en un bohemio. Recitaría poemas en la Plaza de Mayo y platicaría con los muertos en La Chacarita. Comprara un kilo de mate y un termo usado y me iría con ella a contemplar el atardecer (tres horas antes que ustedes) en el Puente de la Mujer. Viviría.
Si me fuera a Buenos Aires, viviría. Para mientras, cuéntenme de sus muertos.
Reconozco esa sed de libertad. Y quizá será la causa de mi muerte y me convertiré en mi propio muerto, del que te contaría. Y entonces, ire a escuchar uno de esos poemas, allá, en la Plaza de Mayo...
ResponderEliminar¡Ya me sacaste una lagrimota! ¡Gracias por leerme! :')
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