Una espada para la mano
que regirá la hermosa batalla...
Jorge Luis Borges
Deux guerriers ont couru l’un sur l’autre; leurs armes
ont éclaboussé l’air de lueurs et de
sang.
Ces jeux, ces cliquetis du fer sont
les vacarmes
d’une jeunesse en proie à l’amour vagissant.
Charles Baudelaire
No
soporto esta lucha que se está librando.
Mudo
la observo detrás de la muralla.
El
viento sopla extendiendo el fuego
que
arde, devastador, en el umbrío valle.
Todas
las constelaciones se agruparon
para
conocer el desenlace de la cruenta batalla.
Un
golpe, sangre salta. Otro golpe falla.
La
luz de la luna ilumina el campo y las caras.
Los
grillos aplastados gimen su concierto final
y
las luciérnagas, como pequeñas antorchas de brillo fugaz,
vagas,
errabundas, titilan la paz.
¡La
desventurada noche los contempla!
El
castillo de plata se mancha
y
el filo de una daga se confunde
con
tanto fulgor policromático...
Cae
la muralla mas no los guerreros.
Hay
un mutis. Alguien da un beso.
La
muralla está reconstruida.
La
batalla prosigue.
Astros y demás
continúan expectantes.
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